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20 proyectos, diez correspondientes a estudiantes y otros diez a académicos y académicas de la universidad, resultaron ganadores de los fondos concursables convocados por la Dirección General de Vinculación con el Medio, los que este año, asumieron el desafío de adaptarse a las condiciones de emergencia sanitaria en que nos encontramos.
Así, la Dirección General de Vinculación con el Medio, en el marco de la ejecución de los Convenios de Desempeño del Ministerio de Educación 1995 y 1895, este año abrió el Fondo de Proyectos de Vinculación con el Medio para Académicas y Académicos, y el Fondo para el Desarrollo de la Creatividad y la Vinculación con el Medio para estudiantes, este último en su primera versión, destacando que este 2020, la dirección llegará a 50 proyectos desarrollados con un fuerte énfasis en el fortalecimiento del vínculo universidad y territorio.
De este modo, por ejemplo, los proyectos que participaron de la convocatoria del “Fondo para el Desarrollo de la Creatividad y Vinculación con el Medio para estudiantes”, abordarán diversas materias y buscarán trabajar con distintas comunidades y temas (ver gráficas) entre los que se destacan personas mayores y salud, niños y niñas, personas con discapacidad, migrantes, movimientos sociales, además de desarrollar algunas soluciones para el medioambiente, la salud mental, la crisis social y económica y las consecuencias el COVID-19.
En este sentido, Juan Álvarez Guzmán, Director General de Vinculación con el Medio de la UPLA, destacó el trabajo interdisciplinario existente en los proyectos presentados este año: “Hemos visto con mucha satisfacción como hay proyectos que pudieron articular visiones, miradas y enfoques de distintas carreras de una misma facultad, incluso distintas carreras de distintas facultades. Ese es un elemento que nos llena de satisfacción, creemos que es una muy buena señal del trabajo que se debe hacer en la universidad en materia de vinculación con el medio, tener una mirada interdisciplinaria respecto de los problemas que hoy día enfrenta la sociedad”.
Además, de este enfoque interdisciplinario, el director dijo que es importante destacar que los 20 proyectos están enfrentando los desafíos que el nuevo escenario sanitario y socioeconómico nos presenta: “La verdad es que cada uno de los proyectos es muy nítido en enfrentar estos problemas emergentes, pero también con una visión de futuro, o sea hay una mirada prospectiva respecto de los fenómenos que se van a venir dando en lo sucesivo”.
Por otro lado, la académica Lilian Pérez Loezar del Departamento de Psicología de la Facultad de Ciencias Sociales, quien lidera el proyecto “Gestionando las emociones en tiempos de crisis socio-sanitaria” y que tiene entre sus objetivos, favorecer a la comunidad educativa Rayen Caven de Concón con la ejecución de un programa de salud mental apoyado con estudiantes de las carreras de Enfermería, Terapia Ocupacional y Psicología: “Es un abordaje con la comunidad educativa en plenitud tanto con los profesores, como también con los padres y los niños al interior de sus hogares, se hará vía zoom, la cual durante 8 sesiones se trabajará la gestión emocional, es decir, qué son las emociones, cómo manejar los pensamientos negativos, qué conductas me pueden ayudar a manejar esta crisis socio sanitaria, qué rutinas, qué elementos debo modificar al interior de mi casa para poder hacer esta vida más llevadera durante esta crisis”.
En esta misma línea, Paulina Salvador Pinilla, estudiante de quinto año de la carrera de Fonoaudiología de la Facultad de Ciencias de la Salud, presentó junto a 4 compañeras el proyecto: “Estimulación temprana de la Comunicación en niños y niñas de 0 a 2 años de edad, en situación de vulnerabilidad social e inmigración, hijos e hijas de las mujeres privadas de libertad de la región de Valparaíso, Chile”, el que será un complemento para el programa “Creciendo Juntos” de Gendarmería de Chile, como lo explica la estudiante: “El proyecto busca optimizar el desarrollo comunicativo de los niños y niñas que se encuentran en situación de vulnerabilidad tanto en el ámbito social, de inmigración y que son hijos e hijas de madres privadas de libertad, enriqueciendonos como estudiantes tanto desde la práctica de la disciplina fonoaudiológica, como también creando consciencia que desde pregrado ya podemos ser un aporte social”.
Finalmente, Juan Álvarez comentó que los equipos supieron organizarse e innovar en un contexto de virtualidad, identificar el problema, articular el trabajo y sobre todo interactuar con las comunidades en las que van a trabajar.