Ante los nuevos desafíos y escenarios que presentan las instituciones de educación superior en el mundo actual, la Universidad de Playa Ancha ha estado enfocando sus esfuerzos en la actualización de su Modelo Educativo (vigente desde el año 2011), con la finalidad de incorporar elementos como la transformación digital, el enfoque de género, la interculturalidad y la formación ciudadana, entre otros, como temáticas transversales en la institución, además de permitir flexibilizar y armonizar sus modalidades formativas presenciales, a distancia, en línea e híbridas.

Esto, a partir del Proyecto de Fortalecimiento Institucional “Avanzando hacia una Transformación Digital en la Universidad de Playa Ancha” (UPA 2099-1), adjudicado y  financiado por el Plan de Fortalecimiento Universidades Estatales, año 2020, del Ministerio de Educación, cuyo objetivo general consiste en la actualización con una perspectiva inclusiva de los procesos formativos y de gestión académica-administrativa, desarrollando mecanismos de digitalización y virtualización que posibiliten avanzar hacia una transformación digital de la universidad en todos sus ámbitos.

El Modelo Educativo se entiende como una representación abstracta de una realidad, en función de supuestos teóricos, que se utiliza como referente para determinar y elaborar directrices, objetivos y metas que guiarán el quehacer cotidiano de la institución. En el caso de la UPLA, estará sustentado en cinco dimensiones fundacionales: formación-aprendizaje, organización curricular, desarrollo docente, formación con el contexto y recursos de apoyo al estudiante.

Por lo tanto, se orientará hacia nuevas modalidades de enseñanza-aprendizaje, incorporando flexibilidades y adecuaciones que permitan atender las distintas necesidades de la sociedad en la formación de futuros profesionales en los niveles de pregrado y postgrado.

Esta actualización se torna fundamental en los lineamientos de la formación, con principios orientadores de una universidad laica, inclusiva, humanista, democrática, pluralista, participativa y con compromiso social, siendo la transformación digital uno de los pilares para el desarrollo de competencias para la vida personal y laboral de toda la comunidad.

Para abordar esta desafiante labor, la Vicerrectoría Académica conformó un equipo compuesto por: Cindy Castillo Espejo (Unidad de Estudios Curriculares), José González Campos (Unidad de Análisis y Estudios de Progresión Académica), María Gabriela Guerrero Cuellar (Unidad de Evaluación Académica), Antonio González Grez (Unidad de Innovación Digital) y Carlos González Morales (Unidad de Acompañamiento Docente), quienes poseen la misión de guiar y facilitar la actualización participativa del Modelo Educativo.

La primera etapa de este trabajo, que se inició en marzo de 2021, abarca los siguientes procesos: revisión teórica y su sistematización; estudio del modelo educativo vigente y de los instrumentos institucionales asociados; análisis de experiencias nacionales e internacionales; asesoría de especialistas internos sobre temáticas emergentes, visita de especialistas, jornadas de trabajo en facultades, diseño y aplicación de instrumentos diagnósticos; y elaboración de informes.

En relación a esta ardua tarea, José González comentó: “Como equipo, lo único que estamos haciendo es establecer un rutero y acompañar el proceso. No somos quienes actualizaremos el modelo, pues este será un desafío que toda la comunidad universitaria debe asumir y hacer parte de sí. Para ello, el proceso será guiado utilizando una metodología participativa. Este grupo comprometido y responsable ha sido muy crítico, pero siempre desde una mirada constructiva, buscando generar un glosario para unificar y lograr un lenguaje común que apunte hacia un mismo propósito, para evitar interpretaciones divergentes; aquí la idea es que exista complementariedad en todos los elementos que son trascendentales para la universidad”.

Importancia de la actualización

José González define el Modelo Educativo como el timón de la universidad, el cual no es rígido, pues debe estar adecuándose constantemente. “Este timón tiene que moverse para saber tomar los nuevos vientos y avanzar de la mejor forma posible en un océano cambiante y dinámico, por lo que esta actualización es trascendente para lograrlo como institución. Por esta razón, abordamos esta responsabilidad con la mayor seriedad posible”.

Gabriela Guerrero considera que el modelo muestra cuál es la concepción de educación que tiene esta universidad. Por lo tanto, debe incorporar una mirada a futuro y “por esto se torna tan importante el concepto de reflexión en esta actualización. Debemos acostumbrarnos a reflexionar y a analizar los documentos, y esta es una oportunidad de reflexión participativa en comunidad sobre qué queremos como universidad. La idea es que todos podamos estar en sintonía con lo que deseamos hacer”, aseveró.

En el sentido de que la pandemia por COVID-19 ha modificado por completo los escenarios educativos, Guerrero también plantea que el modelo “tiene que ser flexible y estar en permanente revisión y actualización, considerando el cómo se inserta en el contexto actual de sociedad que tenemos como región, como país y a nivel mundial”.

Al respecto, Carlos González, añadió: “Dado el crecimiento de nuestra universidad, la diversidad de campos de desarrollo profesional y disciplinar que hemos ido sumado, las recomendaciones (tanto internas como externas), las problemáticas y demandas sociales que han comenzado a abordarse, las nuevas modalidades de enseñanza-aprendizaje, entre otros aspectos, nos impulsan y motivan a efectuar una actualización de nuestro Modelo Educativo, incorporando en este trabajo todas las voces de nuestra comunidad universitaria, pues estamos ciertos de que tiene que ser elaborado y consensuado por todas y todos”.

Y al ser la transformación digital uno de los pilares en la coconstrucción de esta actualización participativa, Antonio González, quien lidera el equipo de Innovación Digital en nuestra casa de estudios, consideró que “hoy tenemos una tremenda oportunidad de incorporar la tecnología en los procesos formativos y de repensar en cómo nuestros egresados se van a desempeñar en este mundo mediado por lo digital. Por lo tanto, como UPLA, debemos ser responsables y entregarles las competencias suficientes para que puedan desenvolverse en una sociedad que cambió y que hoy requiere otras habilidades que serán exigidas en sus futuros empleos”.

Metodología participativa

Durante el trabajo de actualización, se pretende que la transparencia y la participación sean las improntas más relevantes del proceso. Por lo tanto, la metodología de acción participativa se torna crucial, dado que busca que cada uno de los y las participantes involucrados sea protagonista en la edificación de este nuevo modelo.

“Para esto se han definido tres grandes fases: la primera, de diagnóstico y profundización de la temática; la segunda, de representatividad y participación; y la tercera, de socialización y apropiación del nuevo Modelo Educativo. Es en la segunda etapa de este proceso donde se comienza a dar forma a los primeros esbozos de la actualización, considerando la participación de representantes de facultades, unidades académicas y administrativas que colaborarán en el diseño de este nuevo modelo para, posteriormente, incluir a los estudiantes como actores en esta co-construcción. Todo esto mediante jornadas y talleres de trabajo, asesorías de especialistas en temáticas emergentes a incorporar en el nuevo modelo, seminarios, entre otros, instancias que ayudarán a que aquellos que colaboren en esta labor puedan emitir su opinión, debatir y retroalimentarse de la discusión vinculada al proceso de actualización”, concluyó Cindy Castillo.

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