Área 5:
Disminución de los espacios novedosos y recreativos/
Descripción /
El juego y la exploración son características prototípicas de la niñez. Ambas son parte fundamental de esta etapa fomentando el desarrollo y el aprendizaje. Los niños y las niñas juegan sin cesar y lo hacen por placer. Se trata de una actividad que consume gran parte de su energía y que va en aumento progresivo hasta los diez años aproximadamente. Mientras la seguridad constituye una necesidad para ellos, es posible señalar que el juego es una de las principales motivaciones durante esta etapa de la vida. Por otra parte, el juego cumple una función fundamental para el desarrollo pues a través de éste las y los niños desarrollan una serie de competencias que posteriormente serán utilizadas en la adultez.
Tanto la exploración como el juego están íntimamente relacionadas con la inteligencia. Sin embargo, debido a la pandemia, los espacios de esparcimiento donde las y los niños pueden jugar diariamente se han visto severamente limitados. Asimismo, las posibilidades de interacción con sus compañeros de juego también han sufrido una fuerte restricción.
«Tanto la exploración como el juego están íntimamente relacionadas con la inteligencia. Sin embargo, debido a la pandemia, los espacios de esparcimiento donde las y los niños pueden jugar diariamente se han visto severamente limitados.».
Consecuencias /
¿Cómo afecta esto a mis hijos? /
Esta situación suele provocar una profunda frustración y sensaciones de aburrimiento, lo cual se traduce en comportamientos como demandas persistentes para que los entretengan, quejas por sentirse aburridos y solicitudes por realizar actividades que son imposibles debido a la situación de emergencia sanitaria en que vivimos.
Obviamente, todos estos comportamientos suelen afectar negativamente a los adultos los cuales, por otra parte, siguen sometidos a sus demandas laborales. Toda esta situación, puede llegar a provocar un impacto negativo en la convivencia familiar.
Orientaciones /
¿Qué podemos hacer por las niñas y los niños? /
Es fundamental ponerse en su lugar. Si bien es cierto que muchos especialistas señalan que el aburrimiento es un estímulo para la creatividad o la inteligencia, el nivel de restricciones existentes en estos momentos para los niños es muy alto siendo fundamental que los adultos propicien cambios en el entorno. Empatice con la situación de los niños. Si bien los adultos pueden llegar a adaptarse al encierro y a las múltiples restricciones al comportamiento que se han producido fruto de la pandemia, para las y los niños dichas condiciones suelen resultar intolerables. El confinamiento puede llegar a ser vivido como una verdadera cárcel para ellos. Recuerde lo importante que fue para usted el juego mientras atravesó por la niñez, observe todos los obstáculos que existen actualmente para jugar y explorar e imagine cómo se pueden estar sintiendo los más pequeños bajo estas condiciones.
Imagine de qué forma es posible generar espacios de diversión y exploración en el hogar e implemente las condiciones necesarias para que esto sea posible. Incluya dentro de la rutina familiar espacios de juego implíquese directamente en éstos pues este tipo de actividades permite además enriquecer la convivencia familiar. Considere al menos tres días de la semana con un espacio de entre veinte y treinta minutos para jugar con las y los niños y con otros miembros de la familia. Privilegie juegos no electrónicos, como juegos de salón (ludo, naipes, dominó, colgado, pictograma), disfraces, rompecabezas, etc. Planifique las actividades de antemano y no las suspenda. Recuerde que son una prioridad para los niños. También, puede propiciar actividades como cocinar, cultivar, dibujar y pintar con ellos y ella.